Qué Pasa
Autor: Carlos Montes
Ya partió la instalación de los cimientos de la cúpula del Telescopio Magallanes Gigante, que se emplazará en la Tercera Región. Su capacidad triplicará la de los actuales telescopios, y cuando comience a operar en 2024, junto con el ELT, será el más potente del planeta. Promete la mayor revolución de la astronomía desde Galileo.
El telescopio espacial Hubble es capaz de ver a un hombre en la Luna. El Telescopio Magallanes Gigante (GMT, sigla en inglés), en cambio, será capaz de ver el título del libro que ese hombre llevaría en sus manos, gracias a una combinación de espejos que a máxima potencia equivale a un espejo de 25 metros.
El telescopio, financiado por una coalición de universidades entre las que están el Instituto de Carnegie y la U. de Harvard, y que se instalará en el Observatorio Las Campanas, a 50 kilómetros de Vallenar, Región de Atacama, comenzó en agosto formalmente la construcción de la primera etapa, donde se emplazará la cúpula que albergará el colosal espejo.
Esta primera fase incluye la excavación de la roca para poner el enorme pilar de concreto del telescopio y los cimientos del edificio que lo albergará. Se estima que la primera luz o primer uso del telescopio será en el año 2024.
Miguel Roth, representante de Telescopio Magallanes Gigante en Chile, dice que la etapa de la excavación es fundamental, y que antes de fin de año se seleccionará la empresa que construirá el telescopio. “Además, cinco de los ocho espejos que lo componen (uno es de repuesto y se rota mientras se hace mantención) ya están muy avanzados. Serán tres veces más grandes y diez veces más potentes que los actuales de 8-10 metros. El salto a 25 metros y más, es el mayor que ha vivido la astronomía desde la época de Galileo. Esto es una revolución, por eso es tan difícil anticipar lo que vamos a descubrir”.
Junto al Telescopio de Treinta Metros (TMT), que tendrá un espejo del tamaño de su nombre y comenzaría a operar en Hawái en 2022 (aún no hay claridad del lugar en el que se instalará), y el Telescopio Extremadamente Grande (ELT), que estará en el cerro Armazones en el Desierto de Atacama, que tendrá 39 metros de diámetro y estará operativo en 2024, serán los llamados megatelescopios, apodados así porque triplicarán la potencia de los actuales.
Roth destaca que dos de estos estén en Chile. “No hay otro lugar del planeta que se pueda comparar con las condiciones que se dan en el desierto de Atacama”, afirma. Por eso pide preservar estas condiciones, y evitar la contaminación lumínica”.
Mario Hamuy, presidente del consejo de Conicyt, también valora las ventajas que ofrece Chile como foco astronómico. “Esta disciplina vive su propio Big Bang, gracias a las instalaciones que operan en el norte, pero esto no solo beneficia a los científicos. Hay otras disciplinas, como la ingeniería eléctrica, que se ven favorecidas con la nueva tecnología disponible. Ellos, por ejemplo, están involucrándose en el desarrollo de sofisticadas tecnologías para la detección de las señales débiles de objetos celestes. Los informáticos, por su lado, también están enfrentados a resolver problemas complejos de big data, lo que genera nuevas capacidades en el país. Todo eso es muy relevante”.
¿Cómo es la galaxia?
Aunque aún es anticipado saber qué tipo de preguntas podrá responder el telescopio, los científicos esperan que sea capaz de explicar la formación de agujeros negros y las estructuras de las galaxias. “Probablemente a partir de la operación de estos telescopios surgirán aquellas preguntas fundamentales de las que aún no sospechamos. Cada vez que el ser humano ha multiplicado su capacidad de observar por un factor de 10, ha surgido ese tipo de descubrimientos inesperados. Este telescopio tendrá una capacidad de ‘ver’ objetos 100 veces más débiles que los observados por el telescopio espacial Hubble y con un detalle 10 veces mayor”, dice Roth.
Ricardo Muñoz, astrónomo de la U. de Chile e investigador del Centro de Astrofísica Cata, señala que estos grandes telescopios son la nueva generación. “Hace una década eran de 8-10 metros, ahora alcanzan hasta 30. El hecho de que dos de ellos se instalen en Chile ratifica al país con los mejores cielos del mundo para hacer astronomía”.
Agrega que para que el telescopio funcione óptimamente, tiene que ser pulido de manera perfecta, por años. Hoy en día los singulares son máximos de 8 metros, no pueden hacerse de 20 metros porque se quebrarían. Además serían muy difíciles de pulir y trasladar, la tecnología no lo permite, y no hay muchas empresas que los hagan. El traslado es desde EE.UU. en barco, luego una grúa y con escolta policial en la carretera a 15 km/h. Es gente especializada que los transporta. El margen de error es cero, son cinco años de trabajo y un costo de US$ 50 millones”.
Andrés Jordán, investigador del Instituto de Astrofísica de la U. Católica y del Instituto Milenio de Astrofísica MAS, trabaja en la instrumentación para el GMT. “Su instalación consolida y proyecta a futuro a Chile como la gran ventana para observar el Universo desde la Tierra. Junto al ELT, dos de los tres telescopios gigantes de última generación que se planea construir estarán en Chile. Sus grandes espejos permitirán abrir nuevas fronteras en el cosmos y los astrónomos en Chile podremos participar en esas investigaciones”, señala.
Jordán hace referencia al 10% de tiempo de observación que por contrato estos telescopios deben otorgar a los astrónomos chilenos, como parte de la autorización para instalarse en el país. “Son 36 noches destinadas a investigación nacional. La gracia de este telescopio, más allá del tamaño, es que se puede ver más lejos y más nítido. Este telescopio no tendrá un solo espejo, tendrá siete. Los objetivos son encontrar planetas como la Tierra y las primeras estrellas”, cierra Muñoz.
La empresa chilena tras los telescopios
Conpax es una compañía constructora fundada en 1986, dedicada a proyectos de infraestructura a lo largo del país en sectores de minería y energía. Es una empresa habituada a trabajar con los grandes telescopios que se han instalado en Chile.
Participaron del proyecto ALMA y ahora son los responsables de los primeros pasos del Telescopio Magallanes Gigante.
Cristián Pérez, gerente general de la empresa, dice que el trabajo desarrollado por Conpax para el GMT será principalmente la ejecución de las excavaciones en roca de todas las fundaciones, plataformas, piques y túneles asociados al telescopio en la cumbre.
En 1995 fueron parte de la construcción del Telescopio Gemini Sur en el cerro Pachón. “Hemos trabajado en diversos proyectos de observatorios a lo largo de Chile, entre los años 2006 y 2008 fuimos parte de la construcción del proyecto Alma, ejecutando el campamento de construcción ubicado a 2.900 msnm, las instalaciones subterráneas del Operations Support Facility, las nueve primeras fundaciones para los radiotelescopios para Vertex, y el AOS Technical Building a 5.000 msnm, entre otros. Además, la construcción y montaje del ACT Atacama Cosmology Telescope a 5.200 msnm para la Universidad de Princeton”.
Pérez explica que las excavaciones para la construcción del telescopio son un aspecto fundamental, y los equipos mecánicos usados son de perforación y de fragmentación en su amplia gama, más el equipo humano con conocimientos en geomecánica y fragmentación de rocas, todos con el exclusivo objetivo de mantener inalterable la calidad de la roca en que se fundará el Telescopio. Es el caso del GMT”.